Pintura del Negro Manuel

Óleo del negro Manuel pintado por la Hermana
María de Jesús Sacramentado Riera, SSVM

“El esclavo de la Virgen de Luján está de pie y de frente a quien mira el cuadro. De este modo no se presenta él mismo, sino que nos presenta a la Virgen, quedando él detrás de Ella, como su fiel esclavo. Está representado siendo joven, como lo describe Mons. Presas en su obra Nuestra Señora de Luján.

Viste pobremente. Una cinta del mismo color del manto de la Virgen, como símbolo de su pertenencia a Ella, ciñe su pantalón.

Está sonriendo porque es feliz como esclavo de la Virgen. ¡Qué mejor Ama que esta! Servía a la Virgen con alegría, siendo así un ejemplo para nosotros.

Tiene en sus manos a la Virgen como presentándola al mundo. Como si nos la quisiera entregar para que la tomemos también nosotros como Señora. No mira a la Virgen sino a nosotros, como diciendo: ¡Esta es también tu Señora! La Virgen está de frente, mirándonos a nosotros, sus hijos.

La Imagen de la Virgen está sin rayera, sin corona y sin la luna de plata ya que estos son ornamentos que se le colocaron después de la muerte del negro Manuel. Tiene el vestido blanco y celeste que le había colocado ya doña Ana de Matos, según la costumbre española de vestir a la Inmaculada con esos colores. De hecho, las narraciones antiguas cuentan que el fiel esclavo quitaba los abrojos del vestido de la Virgen cuando Ella se trasladaba para visitar a los paisanos. Debajo del vestido aparecen las nubes de la base de la Imagen de terracota”.

(De la Descripción del cuadro escrita por la autora)